Lenguas de España. Actualmente además del español(castellano), lengua oficial del país, son oficiales en sus respectivas comunidades autónomas el catalán, valenciano, gallego, euskera y el aranés (desde el año 2006).
Existen, asimismo, otros idiomas que son considerados no oficiales: el aragonés y el astur-leonés (bable, en Asturias; y leonés en León y Zamora), incluidos en el informe de la UNESCO como lenguas en peligro de extinción.
La diversidad lingüística en España
Cuando se pronuncia el nombre de
un determinado país se suelen asociar a éste ciertos estereotipos fosilizados,
por su uso y por su abuso, en el saber popular. La simplificación que conlleva
el tópico conduce a una imagen uniforme y deformada de las complejas y variadas
realidades que puede ofrecer cualquier Estado que atesore una larga Historia.
De este modo, podría parecer que en España todas las personas gozan de la
siesta, beben vino o sangría, comen paella, gustan de los espectáculos taurinos
y hablan español. No se puede afirmar que la anterior sentencia sea totalmente
falsa, tampoco que sea cierta, sino que no se ajusta a la realidad, y la
realidad en España es un concepto plural que requiere muchos más matices que
los que en este artículo se pueden ofrecer. En las líneas que aquí empiezan no
se hablará de gastronomías o de costumbres, pero sí de esa parte esencial de la
cultura que suponen los idiomas y de cómo las lenguas están fuertemente ligadas
a la identidad de los colectivos humanos, identidades que, por otra parte, son
difícilmente comparables. Los españoles hablan español, pero no sólo español;
una gran parte de la población es bilingüe y, en algunas ocasiones, trilingüe.
El castellano, en un avance histórico continuo alcanzó todos los rincones de la
geografía española, cruzó los mares y se alojó en lugares muy lejanos de la
Península Ibérica, especialmente en América, donde crece con vigor
enriqueciendo el importante acervo de los hispanohablantes. Esta lengua
castellana o española, los dos nombres responden hoy en día al mismo idioma, se
realiza gracias a una gran riqueza de dialectos y variedades, de algunas de
estas formas de hablar tratará este texto, pero se ocupará especialmente de las
otras lenguas que conviven en las tierras españolas. La palabra
"dialecto" motiva, con frecuencia, actitudes defensivas y puede herir
algunas sensibilidades, extraña reacción en tanto que todos hablamos algún
dialecto, puesto que la lengua es siempre una entidad abstracta que engloba los
distintos modos en que ésta se produce. No se pretende aquí avivar esta polémica
y se utilizará la palabra "lengua" en su sentido más amplio, al
entender que cuando se habla de un idioma estándar se hace referencia a un
objeto sólo existente en los manuales y diccionarios, pero no en la vida
cotidiana, en la que nos comunicamos con nuestras propias variedades de algún
idioma distinguible de otros. En la actualidad son cuatro, cuando menos, las
lenguas más habladas en España: tres tienen su origen en el latín, español,
catalán y gallego; la cuarta es más antigua y su origen no ha podido ser
determinado, se trata de la lengua vasca o eusquera (euskera en vascuence). A
éstas cabe añadir el aranés, dialecto del gascón hablado en el Valle de Arán,
que también recibe un tratamiento de lengua cooficial en su territorio. Por
otra parte, el aragonés y el leonés son dos grupos de hablas que, procedentes
del latín, no llegaron a adquirir el reconocimiento de lenguas y hoy son
considerados dialectos del español. Un mapa acompaña este texto con el objetivo
de situar aproximadamente en la geografía peninsular las lenguas que se hablan
en España y también los principales dialectos del español en el territorio
nacional (las Islas Canarias no aparecen en el mapa aunque sí se hace mención
del importante dialecto canario). Sin embargo, el mapa tendría poca utilidad si
no se ofrecieran unos mínimos apuntes históricos de la evolución de las citadas
lenguas. Con anterioridad a la llegada de los romanos ya se hablaba en el Norte
de la Península Ibérica el vascuence, único idioma que resistió la intensa romanización
del territorio peninsular; el Sur estaba ocupado por los turdetanos; los íberos
habitaban el Este y, hacia el siglo VII a J. C., los celtas se asentaron en la
zona de la actual Galicia, las regiones altas del Centro y amplias zonas del
Sur. Es fácil pensar que hubo otros pueblos, todos ellos con sus propias
lenguas. Con la ocupación romana se inició un proceso de unificación idiomática
que implantó el latín en casi todo el territorio. El latín hablado por los
habitantes de la Península era el llamado latín vulgar, con influencias de las
lenguas anteriores. Hacia el siglo V se produce la invasión de los germanos que
adoptarían el latín y ejercerían una nueva influencia en el idioma de los
romanos. Con posterioridad, la ocupación de los árabes obligaría a los
cristianos a retroceder hacia el norte de la Península y asentarse en los
territorios más resguardados y con un acceso más difícil, en estas zonas del
Norte y debido a la incomunicación entre ellas la lengua iría evolucionando de
forma distinta en los distintos núcleos de resistencia y daría lugar a las
diferentes lenguas españolas derivadas del latín, de Este a Oeste: catalán,
aragonés, castellano, leonés y gallego. El avance de los cristianos hacia el
Sur extendió las citadas lenguas que continuaron su evolución con evidentes
influencias de la lengua árabe. A partir del siglo X empezarán a escribirse
textos en las distintas lenguas que se convertirán en la prueba evidente de su
independencia respecto del latín y entre ellas. La situación actual de las
lenguas habladas en España es muy desigual, el español es hablado en todo el
territorio nacional y, además, desde la Transición a la Democracia, en el
último cuarto del siglo XX, se ha producido un proceso de reconocimiento y
recuperación de las distintas identidades culturales y lingüísticas que, con
evidentes dificultades, han resistido la presión de la que fue durante mucho
tiempo única lengua oficialmente reconocida. El mapa intenta reflejar la
ubicación geográfica de los principales dialectos del español en la Península y
también de las lenguas distintas del español y, por tanto, las más
desconocidas. Las siguientes líneas intentan esbozar algunas circunstancias de
cada uno de estos idiomas.
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