Antes que nada, es
importante mencionar que no sólo hoy en día se presentan oleadas de numerosos
términos procedentes de diversas regiones y que inciden directamente en los
distintos niveles de nuestra lengua española; tal es el caso de los anglicismos
(por ser los que más entran en nuestra lengua, pero no los únicos). Este
fenómeno ya se registraba desde antaño, motivado por diversas situaciones
sociolingüísticas.Ya muchos autores se han planteado la influencia que estos
tienen en el uso de nuestra lengua y lo necesario que son; sin embargo, según
el artículo de Francisco Rodríguez Adrados es necesario controlar el influjo
para que la lengua española conserve su unidad: “Están llegando en oleadas
excesivas (los anglicismos) y necesitan una adaptación a la fonología y a los
mecanismos de sufijación y composición de nuestra lengua.”En este sentido, la norma lingüística posee vital importancia
para nuestro idioma, aunque todavía hay vacilaciones en base a qué criterios
sociales o lingüísticos esta deba actuar, lo general han sido dos: por el grado
de difusión de la palabra o la frecuencia de su uso y la necesidad de la nueva
denominación.El diccionario de la Real Academia Española se ha encargado
de ejercer la función normativa de la legua, aunque también se le atribuye un
trabajo descriptivo sobre el uso de los términos. Dicha norma lingüística ha
sido la responsable de mantener la unidad de la lengua, a pesar de su vasta
distribución geográfica. Ésta ha permitido que muchos anglicismos se hayan
adaptado al español o hayan sido sustituidos por un término equivalente en
nuestra lengua.La función híbrida del RAE no le ha permitido dedicarse
exhaustivamente a uno de los dos estudios; sin embargo, en la actualidad este
cumple una función más descriptiva porque como es de esperarse se puede normar,
dictar o reglar, pero el pueblo es quien tiene la última palabra a la hora de
decidir su habla, por lo que una actitud dictatorial por parte de estudiosos no
ayudaría significativamente al desarrollo de nuestra lengua.Para finalizar, alegaría que la norma lingüística sí es
importante, pero sólo cuando esta parte del consenso de las mayorías y cuando
la postura de los estudiosos es de proponer y no de imponer. De esta manera, la
creatividad y evolución de la lengua no se afectan, así como su preservación.
"Los valores sociales de la norma lingüística". Entrevista a Luis Fernando Lara
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