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LA NORMA LINGÜÍSTICA PENINSULAR EN LA ÉPOCA DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
¿Qué variedad del
castellano es la que se toma como modelo lingüístico de buen hablar y qué
características conforman la norma castellana del siglo XVI?Sin duda,
podemos decir que es el entorno de Carlos I el que marca el concepto de lengua
prestigiosa, núcleo al que pertenecen importantes caballeros que además de su
carrera militar comparten actividades literarias encarnando el ideal del
cortesano: el tópico de las armas y las
letras que encarna el poeta Garcilaso de la Vega (c.1501-1536).
Cuando el sucesor al trono, Felipe II, establezca la corte en Madrid, la norma
se vinculará con los rasgos lingüísticos de la documentación administrativa y
de los círculos culturales que se van desarrollando en esta ciudad, dando lugar
a la llamada norma madrileña. Por
otra parte, la floreciente actividad económica de esta época tiene en Sevilla
un centro de importancia para las actividades mercantiles, especialmente las
vinculadas con América. En esta ciudad el castellano llevado por los
repobladores a lo largo de la etapa medieval, ha ido tomando unas
características propias que la diferencian del uso de la corte. Esta variedad
adquirió prestigio sociolingüístico por el auge de la ciudad como capital más
importante de Andalucía y puerta de América, por las actividades económicas y culturales
que en ella se desarrollan, entre ellas la imprenta, y el consecuente nivel
socioeconómico de sus habitantes. Surge así la norma
sevillana como uso prestigioso de un castellano más innovador y con
prestigio social. En estas circunstancias sociales y lingüísticas, está claro
que la conquista y población de América se va a hacer en castellano y, puesto
que la flota y toda la comunicación con las Indias se gestiona durante dos
siglos desde puertos andaluces (primero Sevilla y después Cádiz), es obvio que
la norma sevillana se llevó a América, sobre todo en los primeros momentos de
su población. El asentamiento en América empezó a hacerse por el Caribe, de ahí
a Tierra Firme (México y Centroamérica); cruzando el territorio hacia el
Pacífico se llegó a Perú y desde allí, atravesando los andes hacia Chile y
Argentina. Así se iban desgranando por territorio americano los pobladores y su
lengua española, entrando en contacto a cada paso con la realidad lingüística
indígena y creando núcleos urbanos que pronto tomarían singular importancia y
se constituirían en nuevos centros culturales y administrativos americanos,
como México y Lima.
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