martes, 19 de diciembre de 2017

Las variedades del español.

Como ocurre en todas la lenguas, el español experimentó numerosos cambios al extenderse en el espacio, cambios que dieron lugar a las distintas variedades. Cada zona habla una variedad distinta, con sus rasgos peculiares.
Dentro del español que se habla en nuestro país, se suele distinguir dos grandes variedades : el español septentrional y el español meridional.
 La variedad septentrional se habla en el centro y el norte de la Península. Se distingue, sobre todo, por dos rasgos:
* Se pronuncia la "s" de sábana y la "z" del zapato como dos sonidos diferentes.
* Se emplean los pronombres "tú" y "vosotros" como  formas de confianza y "usted"/"ustedes" como formas de respeto.
La variedad meridional es predominante en el sur peninsular. Es también la variedad que se implantó en Canarias y en América, y por eso se la denominan también español atlántico. Se distingue principalmente por estos rasgos:
* Se pronuncian la "s" y la "z" de la misma manera, generalmente como "s".
* Se pronuncia la "s" final de silaba o de palabra de una manera muy suave, aveces casi imperceptible: ehtrella, perroh.
* En singular se emplean el pronombre "tú" como forma de confianza y el pronombre "usted" como forma de respeto. En plural, en camio, se emplea solo el pronombre "ustedes".
Las variedades meridionales:
- Andaluz - Se habla en gran parte de Andalucía, en Melilla y entre los hablantes castellanos de Gibraltar. No obstante, no es esta una variedad que presenta rasgos comunes en todos los lugares en que se habla; por eso, se suele delimitar en este ámbito geográfico dos zonas lingüísticas: la oriental y la occidental. La diferencia entre ella se remonta a sus orígenes. Los rasgos característicos del andaluz:
* La relajación de la "s" final, Aspiración o la perdida de la misma.
* Aspiración del sonido "j".
* Indistinción entre "s" y "z", lo que da lugar a dos fenómenos muy extendidos:
- El seseo, cuando "s" y "z" se pronuncian como "s"(Sevilla, Córdoba, Huelva y Málaga).
- El ceceo, cuando "s" y "z" se pronuncian como "z".
* Perdida de "d" y otras consonantes intervocáles (nacío, cansao, divertío)
* Tendencia a la perdida de "l", "r", "n" final (corré, arbo)

- Canario - El habla de las islas Canarias, como variedad lingüística propia, es el resultado de la castellanización de las islas, iniciada en el siglo XV y llevada a cabo mayoritariamente por poblaciones procedentes de Andalucía. Otros factores fueron la abundancia de portugueses y la situación de puente con América, y la perdida de la lengua de los pobladores autóctonos: el guanche. La repercusión se nota en la pronunciación y en el léxico. De entre las características más significativas del canario destacan estas:
* Tendencia al seseo.
* Aspiración muy marcada cohen (cogen).
* Naturalización de "l" y "r" cuando van a final de sílaba, especialmente en las zonas rurales.
* Sustitución de vosotros por ustedes con el verbo en tercera persona.
* Entonación próxima a la de ciertas zonas de América del Sur.
- Extremeño - La variedad hablada en las tierras de Extremadura es un habla de transición entre el castellano del norte y el andaluz. Entre los rasgos que caracterizan el extremeño destacan:
* Aspiración generalizada niñah (niña); muhé (mujer).
* Abundancia de leonesimos y arcaísmos castellanos en el léxico.
* Frecuencia de sufijos diminutivos, especialmente -ino e -ina.
- Murciano - Como ocurre con extremeño, el murciano es una variedad de transición que recibe la influencia de las formas de hablar que lo rodean: el castellano de Castilla-La Mancha, el valenciano y el andaluz. No hay, por consiguiente, un conjunto de rasgos exclusivos de murciano, sino más bien rasgos compartidos con otras hablas:
* Tendencia a la aspiración, especialmente de la "s".
* Naturalización de "l" y "r".
* Abertura del diptongo ei: vainte (veinte).
* Pérdida de consonantes intervocálicas, especialmente "b" y "d".



Las lenguas de España III

España es, como otros muchos Estados, un país en el que conviven varias lenguas. En todo el territorio se habla castellano. En amplias zonas del norte y el este peninsular se habla, además, otra lengua. Y ahí es donde vemos el plurilingüismo de nuestro país.
La diversidad lingüística se ve reconocida y amparada por la Constitución y por los Estatutos de autonomía de Galicia, País Vasco, Comunidad Foral de Navarra, Cataluña, islas Baleares y Comunidad Valenciana, que aceptan dos lenguas oficiales.También en Asturias y Aragón se mencionan, en sus respectivos Estatutos de Autonomía, otras modalidades lingüísticas distintas del castellano a las que se garantiza la protección.

VascoTambién llamado euskera. Oficial en el País Vasco y Navarra. 900.000 hablantes. En proceso de normalización. Es, posiblemente, la lengua más antigua de Europa, anterior al latín y sin conexión con ningún idioma conocido. El número de hablantes de vasco ronda los 650000, bilingües en su práctica totalidad. Como variedad normativa se establece el euskara batua vasco unificado).
Gallego -Oficial en Galicia.  2.600.000 hablantes. Está estrechamente emparentada con el portugués, con el que estuvo unido en la Edad Media. En la actualidad, el gallego se halla asentado en la Administración pública, los medios de comunicación y la enseñanza. En 1983 se promulgó la Lei de Normalización Lingüística que promueve su uso en todos esos ámbitos.
CatalánSe habla en Cataluña, donde es oficial. 4.600.000 hablantes. En proceso de normalización y de expansión. El nacionalismo expansionista catalán promueve activamente la anexión de idiomas vecinos. De hecho, el catalán es oficial en Baleares (de iure) y en Valencia (de facto) y está penetrando en el Aragón Oriental. Actualmente catalán es una lengua que se emplea con normalidad en todos los campos: político, educativo, periodístico etc.
Astur-leonés - Se habla en Asturias donde recibe el nombre de asturiano o bable. También esta se utiliza en Cantabria, algunas comarcas occidentales de Castilla y León y ciertas zonas de la provincia de Cáceres. 
Aragonés -También conocido como chapurriau. Se habla en el este de Aragón, en la frontera con Cataluña, en la zona pirenaica de Huesca. 30.000 hablantes. Retrocede frente al castellano. En proceso de anexión por el catalán. En peligro de extinción. 
AranésSe habla en Cataluña, en la comarca del Valle de Arán, donde es oficial. 5.000 hablantes. Hasta 1990 fue considerado un dialecto del catalán. Es una variedad de gascón, un dialecto occitano que se extiende por el sur de Francia.  En proceso de normalización.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Gramática

Los seres humanos nos venimos interesando desde la Antigüedad por el estudio del lenguaje y de las lenguas. Algunas nociones que hoy utilizamos, como la de nombre o la de verbo, se acuñaron en la Grecia antigua hace 2400 años. El conocimiento de la Gramática es imprescindible para que comprendamos y nos expresemos mejor. 
Gramática - es estudio y descripción del lenguaje como sistema, particularmente en sus aspectos morfológicos y sintácticos. En un sentido estricto la gramática se reduce a la morfología y la sintaxis, es decir, al estudio de la palabra como unidad mínima y al de las relaciones que esta mantiene con el resto. Sin embargo, en un sentido más amplio, la gramática incluye también la fonología y la semántica.

 "Grandes faltas de ortografía y divertidos gazapos que algún día pudimos leer en la prensa"- 233grados.com (28/04/2014).


¿Quieres saber más? La primera gramática que se conoce fue escrita alrededor del siglo V antes de Cristo. Es la obra del gramático indio Panini sobre es sánscrito, lengua que en la India se considera sagrada y culta. En ella se mostraba cómo se formaban las palabras y qué parte de las mismas era la que llevaba el significado. Los trabajos de Panini y de otros estudiosos indios sirvieron para interpretar los libros sagrados de los hindúes que se escribieron en sánscrito.






sábado, 16 de diciembre de 2017

Ortografía.

"Ortografía - arte y sistema de escribir cada palabra como es su ser y de colocar cada letra en sus sitio."
 http://sinfaltas.com/2016/12/08/la-tabla-periodica-de-la-ortografia/

Un lingüista de 31 años, Juan Romeu, ha elaborado una tabla periódica de ortografía a partir de los símbolos de la tabla ideada por el químico ruso Mendeléyev. De esta forma, los 118 elementos se convierten en reglas ortográficas del castellano para todo aquel que tenga dudas o faltas en la escritura. Las preguntas más comunes relacionadas con la ortografía castellana aparecen en esta tabla periódica en las que además se acompañan de una breve descripción para explicar el motivo de las normas. Este lingüista ha creado de esta forma un sencillo método que a partir de ahora podrá ser usado en colegios e instituciones, o simplemente, en el día a día. Esta idea, que le ha costado algo menos de una semana de realización, se ha convertido en viral en apenas unas horas y, casualidades del destino, llevó a buscar al filólogo de la RAE más reglas ortográficas puesto que su realización coincidió con la ampliación de la tabla química en hasta 118 elementos. Una nueva forma de entender el castellano y que tiene detrás de Romeu a Sinfaltas.com, un grupo de jóvenes filólogos, abogados, periodistas, traductores e informáticos que tratan de llevar el buen uso de la lengua a todos los oficios. Ahora cada regla tendrá su elemento y una breve explicación que hará más sencilla la correcta ortografía.


También en la página documentos puedes encontrar el articulo que te puede facilitar el aprendizaje de la ortografía con el nombre: "Las 10 infografías que te ayudarán a recordar las reglas de ortografía que muchos están olvidando".
http://lenguayliteratuacastellana.blogspot.com.es/p/documentos.html


viernes, 15 de diciembre de 2017

La norma lingüística II

Una norma lingüística, ¿para qué?

Antes que nada, es importante mencionar que no sólo hoy en día se presentan oleadas de numerosos términos procedentes de diversas regiones y que inciden directamente en los distintos niveles de nuestra lengua española; tal es el caso de los anglicismos (por ser los que más entran en nuestra lengua, pero no los únicos). Este fenómeno ya se registraba desde antaño, motivado por diversas situaciones sociolingüísticas.Ya muchos autores se han planteado la influencia que estos tienen en el uso de nuestra lengua y lo necesario que son; sin embargo, según el artículo de Francisco Rodríguez Adrados es necesario controlar el influjo para que la lengua española conserve su unidad: “Están llegando en oleadas excesivas (los anglicismos) y necesitan una adaptación a la fonología y a los mecanismos de sufijación y composición de nuestra lengua.”En este sentido, la norma lingüística posee vital importancia para nuestro idioma, aunque todavía hay vacilaciones en base a qué criterios sociales o lingüísticos esta deba actuar, lo general han sido dos: por el grado de difusión de la palabra o la frecuencia de su uso y la necesidad de la nueva denominación.El diccionario de la Real Academia Española se ha encargado de ejercer la función normativa de la legua, aunque también se le atribuye un trabajo descriptivo sobre el uso de los términos. Dicha norma lingüística ha sido la responsable de mantener la unidad de la lengua, a pesar de su vasta distribución geográfica. Ésta ha permitido que muchos anglicismos se hayan adaptado al español o hayan sido sustituidos por un término equivalente en nuestra lengua.La función híbrida del RAE no le ha permitido dedicarse exhaustivamente a uno de los dos estudios; sin embargo, en la actualidad este cumple una función más descriptiva porque como es de esperarse se puede normar, dictar o reglar, pero el pueblo es quien tiene la última palabra a la hora de decidir su habla, por lo que una actitud dictatorial por parte de estudiosos no ayudaría significativamente al desarrollo de nuestra lengua.Para finalizar, alegaría que la norma lingüística sí es importante, pero sólo cuando esta parte del consenso de las mayorías y cuando la postura de los estudiosos es de proponer y no de imponer. De esta manera, la creatividad y evolución de la lengua no se afectan, así como su preservación.

"Los valores sociales de la norma lingüística". Entrevista a Luis Fernando Lara

jueves, 14 de diciembre de 2017

La norma lingüística I

Una comunidad de hablantes ha de poder comunicarse a pesar de las variaciones que pueden producirse en su seno. Para facilitar la comunicación, los hablantes aceptan unas reglas que se convierten en norma. Están escritas en gramáticas, en ortografías, en diccionarios y en libros de redacción y estilo. La Real Academia Española (RAE) contribuye a la normativización de la lengua estándar. Entre sus principales obras destacan: la Ortografía, la Gramática y el Diccionario.
http://www.rae.es/
http://aplica.rae.es/orweb/cgi-bin/buscar.cgi
http://aplica.rae.es/grweb/cgi-bin/buscar.cgi
http://dle.rae.es/?w=diccionario





LA NORMA LINGÜÍSTICA PENINSULAR EN LA ÉPOCA DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

¿Qué variedad del castellano es la que se toma como modelo lingüístico de buen hablar y qué características conforman la norma castellana del siglo XVI?Sin duda, podemos decir que es el entorno de Carlos I el que marca el concepto de lengua prestigiosa, núcleo al que pertenecen importantes caballeros que además de su carrera militar comparten actividades literarias encarnando el ideal del cortesano: el tópico de las armas y las letras que encarna el poeta Garcilaso de la Vega (c.1501-1536). Cuando el sucesor al trono, Felipe II, establezca la corte en Madrid, la norma se vinculará con los rasgos lingüísticos de la documentación administrativa y de los círculos culturales que se van desarrollando en esta ciudad, dando lugar a la llamada norma madrileña. Por otra parte, la floreciente actividad económica de esta época tiene en Sevilla un centro de importancia para las actividades mercantiles, especialmente las vinculadas con América. En esta ciudad el castellano llevado por los repobladores a lo largo de la etapa medieval, ha ido tomando unas características propias que la diferencian del uso de la corte. Esta variedad adquirió prestigio sociolingüístico por el auge de la ciudad como capital más importante de Andalucía y puerta de América, por las actividades económicas y culturales que en ella se desarrollan, entre ellas la imprenta, y el consecuente nivel socioeconómico de sus habitantes. Surge así la norma sevillana como uso prestigioso de un castellano más innovador y con prestigio social. En estas circunstancias sociales y lingüísticas, está claro que la conquista y población de América se va a hacer en castellano y, puesto que la flota y toda la comunicación con las Indias se gestiona durante dos siglos desde puertos andaluces (primero Sevilla y después Cádiz), es obvio que la norma sevillana se llevó a América, sobre todo en los primeros momentos de su población. El asentamiento en América empezó a hacerse por el Caribe, de ahí a Tierra Firme (México y Centroamérica); cruzando el territorio hacia el Pacífico se llegó a Perú y desde allí, atravesando los andes hacia Chile y Argentina. Así se iban desgranando por territorio americano los pobladores y su lengua española, entrando en contacto a cada paso con la realidad lingüística indígena y creando núcleos urbanos que pronto tomarían singular importancia y se constituirían en nuevos centros culturales y administrativos americanos, como México y Lima.


miércoles, 13 de diciembre de 2017

Las lenguas de España II

Lenguas Romances. La distinta evolución del latín originó la formación de distintas lenguas romances: Castellano, Catalán, Gallego, Italiano, Francés, Portugués y Rumano.
Lenguas de España. Actualmente además del español(castellano), lengua oficial del país, son oficiales en sus respectivas comunidades autónomas el catalán, valenciano, gallego, euskera y el aranés (desde el año 2006).
Existen, asimismo, otros idiomas que son considerados no oficiales: el aragonés y el astur-leonés (bable, en Asturias; y leonés en León y Zamora), incluidos en el informe de la UNESCO como lenguas en peligro de extinción.

La diversidad lingüística en España

Cuando se pronuncia el nombre de un determinado país se suelen asociar a éste ciertos estereotipos fosilizados, por su uso y por su abuso, en el saber popular. La simplificación que conlleva el tópico conduce a una imagen uniforme y deformada de las complejas y variadas realidades que puede ofrecer cualquier Estado que atesore una larga Historia. De este modo, podría parecer que en España todas las personas gozan de la siesta, beben vino o sangría, comen paella, gustan de los espectáculos taurinos y hablan español. No se puede afirmar que la anterior sentencia sea totalmente falsa, tampoco que sea cierta, sino que no se ajusta a la realidad, y la realidad en España es un concepto plural que requiere muchos más matices que los que en este artículo se pueden ofrecer. En las líneas que aquí empiezan no se hablará de gastronomías o de costumbres, pero sí de esa parte esencial de la cultura que suponen los idiomas y de cómo las lenguas están fuertemente ligadas a la identidad de los colectivos humanos, identidades que, por otra parte, son difícilmente comparables. Los españoles hablan español, pero no sólo español; una gran parte de la población es bilingüe y, en algunas ocasiones, trilingüe. El castellano, en un avance histórico continuo alcanzó todos los rincones de la geografía española, cruzó los mares y se alojó en lugares muy lejanos de la Península Ibérica, especialmente en América, donde crece con vigor enriqueciendo el importante acervo de los hispanohablantes. Esta lengua castellana o española, los dos nombres responden hoy en día al mismo idioma, se realiza gracias a una gran riqueza de dialectos y variedades, de algunas de estas formas de hablar tratará este texto, pero se ocupará especialmente de las otras lenguas que conviven en las tierras españolas. La palabra "dialecto" motiva, con frecuencia, actitudes defensivas y puede herir algunas sensibilidades, extraña reacción en tanto que todos hablamos algún dialecto, puesto que la lengua es siempre una entidad abstracta que engloba los distintos modos en que ésta se produce. No se pretende aquí avivar esta polémica y se utilizará la palabra "lengua" en su sentido más amplio, al entender que cuando se habla de un idioma estándar se hace referencia a un objeto sólo existente en los manuales y diccionarios, pero no en la vida cotidiana, en la que nos comunicamos con nuestras propias variedades de algún idioma distinguible de otros. En la actualidad son cuatro, cuando menos, las lenguas más habladas en España: tres tienen su origen en el latín, español, catalán y gallego; la cuarta es más antigua y su origen no ha podido ser determinado, se trata de la lengua vasca o eusquera (euskera en vascuence). A éstas cabe añadir el aranés, dialecto del gascón hablado en el Valle de Arán, que también recibe un tratamiento de lengua cooficial en su territorio. Por otra parte, el aragonés y el leonés son dos grupos de hablas que, procedentes del latín, no llegaron a adquirir el reconocimiento de lenguas y hoy son considerados dialectos del español. Un mapa acompaña este texto con el objetivo de situar aproximadamente en la geografía peninsular las lenguas que se hablan en España y también los principales dialectos del español en el territorio nacional (las Islas Canarias no aparecen en el mapa aunque sí se hace mención del importante dialecto canario). Sin embargo, el mapa tendría poca utilidad si no se ofrecieran unos mínimos apuntes históricos de la evolución de las citadas lenguas. Con anterioridad a la llegada de los romanos ya se hablaba en el Norte de la Península Ibérica el vascuence, único idioma que resistió la intensa romanización del territorio peninsular; el Sur estaba ocupado por los turdetanos; los íberos habitaban el Este y, hacia el siglo VII a J. C., los celtas se asentaron en la zona de la actual Galicia, las regiones altas del Centro y amplias zonas del Sur. Es fácil pensar que hubo otros pueblos, todos ellos con sus propias lenguas. Con la ocupación romana se inició un proceso de unificación idiomática que implantó el latín en casi todo el territorio. El latín hablado por los habitantes de la Península era el llamado latín vulgar, con influencias de las lenguas anteriores. Hacia el siglo V se produce la invasión de los germanos que adoptarían el latín y ejercerían una nueva influencia en el idioma de los romanos. Con posterioridad, la ocupación de los árabes obligaría a los cristianos a retroceder hacia el norte de la Península y asentarse en los territorios más resguardados y con un acceso más difícil, en estas zonas del Norte y debido a la incomunicación entre ellas la lengua iría evolucionando de forma distinta en los distintos núcleos de resistencia y daría lugar a las diferentes lenguas españolas derivadas del latín, de Este a Oeste: catalán, aragonés, castellano, leonés y gallego. El avance de los cristianos hacia el Sur extendió las citadas lenguas que continuaron su evolución con evidentes influencias de la lengua árabe. A partir del siglo X empezarán a escribirse textos en las distintas lenguas que se convertirán en la prueba evidente de su independencia respecto del latín y entre ellas. La situación actual de las lenguas habladas en España es muy desigual, el español es hablado en todo el territorio nacional y, además, desde la Transición a la Democracia, en el último cuarto del siglo XX, se ha producido un proceso de reconocimiento y recuperación de las distintas identidades culturales y lingüísticas que, con evidentes dificultades, han resistido la presión de la que fue durante mucho tiempo única lengua oficialmente reconocida. El mapa intenta reflejar la ubicación geográfica de los principales dialectos del español en la Península y también de las lenguas distintas del español y, por tanto, las más desconocidas. Las siguientes líneas intentan esbozar algunas circunstancias de cada uno de estos idiomas.